
3. Cada persona sabe que debe cuidarse a sí mismo/a
La inteligencia emocional en familia empieza por el trabajo interno de cada miembro: todxs atienden su salud emocional propia y las necesidades de cada persona están cubiertas.

4. Demuestran coherencia y reconocen sus fallos
El desarrollo de la inteligencia emocional en familia supone una práctica constante que va a tener a los padres o madres como guías. Por ello, es esencial demostrar coherencia entre el discurso que se propone y las acciones que después se toman.
Padres y madres en una familia con inteligencia emocional saben mostrarse vulnerables al contar su experiencia vital o actuar en el presente. Esto incluye también saber pedir perdón y reconocer errores, convirtiéndose en un potente ejemplo del que sus hijxs pueden aprender.
5. Existe espacio para que cada miembro sea él o ella mismo/a
Tanto las complejas relaciones entre hermanos/as, como el contexto de las expectativas de padres y madres, suponen un terreno difícil en el que pueden surgir conflictos internos y entre las distintas partes.
Una familia con inteligencia emocional, por otro lado, logra el equilibrio al dejar espacio para que cada miembro sea y actúe de acuerdo a sus necesidades emocionales, aceptando y sin juzgar.
Cumplir cualquiera de estos cinco hábitos es complejo y requiere de un proceso y la práctica constante. En Art&Mañas, no obstante, estamos empeñadxs en ayudaros a dar los pasos necesarios para cultivar la inteligencia emocional en familia.
Para ello, organizamos de forma continua talleres y sesiones formativas como nuestro evento para este 30 de mayo.
¿Quieres saber cómo construir una familia que practique la inteligencia emocional? Ponte en contacto con nosotrxs y te contamos todo sobre nuestras iniciativas.
Super interesante y muy buenas recomendaciones